A veces es posible innovar solo con perfeccionar una técnica. Esto es al menos lo que ha hecho el oftalmólogo peruano Rubén Berrospi Salcedo director del Centro Oftalmológico Virgilio Galvis (Colombia) y especialista en Oftálmica Clínica de la Visión (Perú). El especialista en córnea, nacido en la ciudad de Lima (Perú) hace 36 años, ha descubierto una técnica que facilita el trasplante de córnea, uno de los más demandados y delicados del mundo, publicada recientemente en la revista The Journal of Cornea and External Disease.
El descubrimiento inscrito como el “Signo de Berrospi” es una nueva técnica no invasiva que permite identificar la posición adecuada del endotelio, la parte más delicada de la córnea, en el momento de trasplantarlo. Y al ser menos invasiva, reduce los niveles de rechazo del trasplante.
La córnea es un tejido transparente del globo ocular que ayuda al ojo a enfocar y a protegerlo de gérmenes, polvo y otras partículas dañinas. Su trasplante está indicado para quienes sufren una enfermedad que la lesionan, haciéndola opaca y causando pérdida de visión.
Se trata del tejido más demandado para trasplante en Perú. De acuerdo con las últimas estadísticas del Ministerio de Salud peruano (MINSA), 6.972 peruanos están a la espera de un trasplante de córnea, 828 un trasplante de riñón, 43 de hígado, 4 de corazón y 6 de pulmón. El año pasado, solo un 11 % de peruanos tuvo acceso a un trasplante.
El endotelio, es la capa más interna y “más delgadita que el grosor de un cabello”, de acuerdo con Berrospi, miembro de la Sociedad Peruana de Oftalmología y de la Sociedad Panamericana de Córnea. “El endotelio tiene un derecho y un revés. Si uno la pone al revés la cirugía no sirve para nada. Este paso es crítico”, asegura.
Para la técnica que ha desarrollado no ha tenido que usar mucha tecnología, solo un microscopio mucho más grande. Es decir, con el instrumento de siempre han descubierto algo nuevo. “La innovación en este caso es la técnica para determinar la orientación del botón (el endotelio)”.
Las córneas no son muy costosas, explica Berrospi, los bancos de ojo no cobran, lo que cuesta es el procesamiento del tejido. Pero en Perú no existe una cultura de la donación. “Tenemos que importarlas desde Estados Unidos”, afirma y señala que en aquel país cuestan alrededor de 3.000 dólares mientras que en Colombia cuestan unos 600.
Una tradición de padre a hijo
Berrospi Salcedo heredó esta destreza de su padre, llamado también Rubén Berrospi, quien fue pionero en los trasplantes de córnea en su país. Desde muy pequeño, dejaba que su hijo lo acompañara a su consultorio. “Siempre tuve la ilusión de ser como él”, confiesa.
Más tarde Berrospi Salcedo estudió medicina en la Universidad San Martín de Porres, en Perú. Ahora ha comenzado a emplear su nueva técnica en Oftálmica Clínica de la Visión, la clínica que fundó su padre en Perú, junto a otros dos especialistas, y en el Centro Oftalmológico Virgilio Galvis, donde es director.
Fuente: Innova Spain