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Los pacientes con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades oculares significativas e incluso de perder la visión. Los síntomas de esta enfermedad en los ojos son una consecuencia del mal funcionamiento y control del sistema metabólico, siendo la complicación más frecuente la retinopatía diabética, tanto en tipo 1 como en tipo 2.
“La diabetes es una enfermedad que afecta a todo el organismo y a todos los sistemas y fundamentalmente a las arterias y venas. Dentro de todos estos sistemas, el ojo es un órgano que es muy sensible a muchas cosas y la diabetes le afecta de manera importante, en toda su magnitud: esclera, córnea, cristalino y fundamentalmente a la parte posterior, la retina”, explicó a El Comercio Rubén Berrospi, miembro titular de la Sociedad Peruana de Oftalmología.
La mejor forma de tratamiento es la prevención.
También son comunes los casos de glaucomas, cataratas, visión nublada o borrosa, y edema macular, pérdida de visión leve o severa.
“La retina es un órgano muy sensible. Requiere mucho oxígeno, y la sangre es la que lleva oxígeno a la retina. Entonces, cuando hay problemas de retina, que generalmente son obstrucción o alteraciones de la misma sangre por el contenido de glucosa, esta afecta a la retina y puede causar problemas desde muy leves hasta muy graves, incluso la ceguera”, añade el especialista y socio fundador de Oftálmica, Clínica de la Visión.
En tanto, la retinopatía diabética, un daño progresivo que perjudica a los vasos sanguíneos de la retina, afecta al 23.1% de pacientes con diabetes y es la causa más frecuente de ceguera en adultos entre 16 a 64 años de edad.
“Le afecta en la arteria y la vena misma de la retina. Entonces, se altera: no transporta la sangre bien, se pierde a través de su pared líquida, produce inflamación (edema) y obstrucciones (lo equivalente a una trombosis). Al producirse esto, esa área de la retina no se nutre y por lo tanto se muere y produce exudados y hemorragias. Y cuando crecen venas, puede ser la hemorragia tan grande que llena toda esta parte interna de sangre y el paciente tiene ceguera. Y la ceguera, de acuerdo al grado de invasión de sangre (por la diabetes), puede ser irreversible”, aclara Berrospi.
Se estima que el 30% de personas con diabetes tipo 1 desarrollará enfermedades oftalmológicas a partir de los 30 años y a los 50 años.
“La retinopatía diabética es únicamente la alteración de la retina por la diabetes. O sea, que esta retina se enferma, y los que se enferman son los vasos que nutren a la retina. Las arterias se obstruyen, no irrigan bien y se puede llegar a morir. Cuando esto se obstruye, el organismo, como mecanismo de defensa, crea nuevas venas para que nutran; el problema es que estas venitas son muy débiles, son venas muy simples y sangran con mucha facilidad. Al sangrar, llenan la parte del vítreo y el paciente no ve. Esa sangre, ese coágulo, al secarse se retrae y jala la retina y la puede desprender”, sostiene.
Es fundamental que los pacientes con diabetes realicen chequeos periódicos, debido a que la retinopatía diabética no cuenta con síntomas en su fase inicial.
Tratamientos:
En los pacientes que necesiten tratamiento, la cirugía es la principal arma contra la retinopatía diabética. Hay dos tipos: la fotocoagulación con láser y la vitrectomía, que también se usa para el desprendimiento de retina. Cabe recordar que también existen fármacos que ayudan a evitar los vasos sanguíneos anormales.
Consejos:
- El diabético debe tener un control endocrinológico frecuente con su médico. Es importante el control.
- Es cauto someterse a exámenes frecuentes: cada seis meses o una vez al año.
- Recomendaciones generales: dieta balanceada, evitar la obesidad, ejercicios, evitar fumar e ingerir bebidas alcohólicas.
Fuente: El Comercio