Un signo común de estrés es la acumulación de grasa en los párpados, especialmente se eleva en situaciones de tensión emocional.
El entorno actual en el que vivimos, caracterizado por demandas constantes y un ritmo acelerado en la vida diaria, ha llevado a que las personas acumulen cargas emocionales que impactan en la salud mental y física, así como en la salud visual. ¿Cómo surge esta vinculación entre los trastornos psicológicos y las patologías visuales?
La depresión es una enfermedad mental que se caracteriza principalmente por un bajo estado de ánimo persistente y sentimientos de tristeza. Según el Ministerio de Salud, en relación con el Día de la Lucha contra la Depresión, en 2022 se atendieron 247,171 casos, destacando que el 75.24% correspondía a mujeres. Además, se destaca que las personas con síntomas de ansiedad o depresión tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud visual.
El Dr. Juan Carlos Corbera, médico oftalmólogo, sostiene que el ojo es un órgano susceptible al desafío emocional. “Un signo común de estrés y cansancio prolongado es la aparición del cortisol, conocido como la “hormona del estrés”, que puede desencadenar la hinchazón en los párpados, tanto en la parte superior como en la inferior. Esto puede ser el resultado de retención de líquidos, así como provocar síntomas como visión borrosa y sequedad ocular, indicando el inicio de posibles alteraciones visuales”, sostiene el especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
Además, este trastorno mental altera la percepción del color. Según una investigación de la Universidad de Friburgo en Alemania, donde se midió la respuesta de la retina de diversas personas que padecían este trastorno, se reveló que tienen dificultad para distinguir contrastes en blanco y negro, llevándolos a ver el mundo literalmente en tonos de gris.
Problemas oculares más comunes ante cargas emocionales:
- La blefaritis: Es una inflamación que afecta los párpados, específicamente el borde palpebral y sus glándulas sebáceas. Estas glándulas normalmente producen secreciones que lubrican la superficie del ojo y los párpados, previniendo la evaporación de la lágrima. Los pacientes con esta condición pueden experimentar síntomas como picazón, dolor y presencia de chalaziones. Cuando esta inflamación está asociada a una cantidad excesiva de grasa, se denomina blefaritis seborreica.
- Ojo seco: Esta condición es muy frecuente en pacientes con depresión, ansiedad y estrés. Sus síntomas más comunes incluyen ojos rojos, pesadez en los párpados, visión borrosa y sequedad. Es importante señalar que la medicación utilizada para tratar la depresión puede desencadenar en un efecto secundario relacionado con la sequedad ocular.
- Mioquimias: Son pequeños movimientos o vibraciones de los párpados, conocidos como tics oculares, que se producen involuntariamente debido a la actividad de los músculos palpebrales. Aunque pueden pasar desapercibidos para los demás, resultan molestos para quienes los experimentan. En la mayoría de los casos, estos movimientos involuntarios desaparecen por sí solos y no requieren tratamiento. Esta condición suele manifestarse en personas de edades comprendidas entre los 30 y 45 años.
- La coriorretinopatía serosa central (CSC): Se origina en la parte central de la región macular de la retina una serie de inflamaciones o quistes, que van a distorsionar la visión. Esta condición se presenta frecuentemente en periodos de estrés y ansiedad. Esto puede provocar síntomas como visión borrosa y distorsionada, así como la aparición de manchas oscuras en el campo visual.
Controlar el estrés no es un tema sencillo; sin embargo, existen medidas que se pueden tomar para reducir la probabilidad de experimentar problemas visuales o minimizar su impacto. Aquí algunas recomendaciones:
- Ten un correcto descanso físico y mental. Duerme de manera profunda las horas necesarias, ya que la fatiga y la falta de sueño pueden contribuir al estrés y afectar la salud ocular.
- Limita el tiempo frente a pantallas electrónicas y utiliza filtros antirreflejos si es necesario.
- Realiza descansos visuales periódicos con la regla 20-20-20: cada 20 minutos, dirige tu mirada a algo a 20 pies de distancia durante al menos 20 segundos.
- Adopta una postura adecuada y asegúrate de tener iluminación adecuada al trabajar o leer para reducir la fatiga visual.
- Realiza una caminata diaria de 15 a 20 minutos, ya que esto te ayudará a desestresarte.
- Mantén una hidratación adecuada para prevenir síntomas de sequedad ocular y mantener una función visual óptima.
- Realiza chequeos periódicos de tu vista; la detección temprana de problemas visuales puede contribuir a la prevención y tratamiento oportunos.
Fuente: Perú 21