La infancia es una etapa crucial para el desarrollo visual. Más del 80% de los procesos de aprendizaje se llevan a cabo a través de los ojos según el MINSA, siendo la visión el principal canal para adquirir conocimiento y comprender el entorno. Por ello, es fundamental detectar y tratar a tiempo cualquier problema ocular que puede generar dificultades en el rendimiento académico y limitaciones en la interacción social y emocional del niño.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 19 millones de niños en todo el mundo padecen trastornos visuales, lo que puede afectar significativamente su aprendizaje, comportamiento social y calidad de vida. «La detección temprana de problemas visuales y el tratamiento oportuno son fundamentales para asegurar un futuro lleno de oportunidades para los más pequeños «, afirma el Dr. Raúl Swayne.
“Los padres y educadores deben estar atentos a cualquier señal que indique una funcionalidad y estructura ocular inadecuada en los niños. Por ejemplo, si se observa que un párpado está más caído que el otro, esto podría ser un signo de ptosis congénita. Asimismo, la presencia de un color blanco en una de las pupilas puede indicar cataratas, mientras que, si un ojo parece anormalmente grande, esto podría sugerir glaucoma”, detalla el especialista.
Síntomas y signos de alerta en niños
- Dificultad para ver objetos de lejos o cerca, lo que puede afectar su rendimiento académico y actividades diarias.
- Los niños pueden experimentar dolores de cabeza frecuentes, lo cual a menudo es un signo de fatiga visual.
- Frotarse los ojos constantemente, podría indicar incomodidad o irritación ocular.
- La tendencia de aproximarse mucho a los libros o pantallas puede ser un indicativo de problemas de visión.
- El parpadeo excesivo o sensibilidad a la luz son señales que no deben ser pasadas por alto, ya que pueden reflejar la presencia de trastornos visuales.
Principales patologías oculares
Entre las patologías más comunes que afectan la visión infantil destacan los errores de refracción:
- Miopía: Es un problema visual en aumento a nivel mundial, caracterizado por la dificultad para ver objetos lejanos. Esta condición está relacionada con el uso excesivo de dispositivos electrónicos. Con el aumento de la exposición a pantallas, se ha observado un incremento en la incidencia de la miopía, especialmente en niños y adolescentes.
- Hipermetropía: Se define como la dificultad para ver objetos cercanos con claridad, lo que puede interferir significativamente en el aprendizaje escolar. Las personas con hipermetropía pueden experimentar fatiga visual, dolores de cabeza y una disminución en la capacidad de concentración, especialmente durante actividades que requieren enfoque cercano, como la lectura.
- Astigmatismo: Es causado por una curvatura irregular de la córnea o el cristalino. Esto provoca visión borrosa o distorsionada, tanto de objetos cercanos como lejanos. El astigmatismo puede coexistir con otras afecciones visuales, como la miopía o la hipermetropía, y es fundamental corregirlo mediante el uso de gafas o lentes de contacto.
- Ambliopía: Comúnmente conocida como «ojo perezoso,» es una condición en la que uno de los ojos no se desarrolla correctamente durante la infancia, lo que resulta en una visión borrosa en el ojo afectado. Si no se trata a tiempo, puede llevar a una reducción permanente de la visión. El tratamiento incluye parches en el ojo dominante o ejercicios visuales para estimular el ojo afectado
- Estrabismo: Es una afección en la que los ojos no están alineados correctamente, lo que puede resultar en una desviación ocular. Esta condición afecta la coordinación visual y la percepción de la profundidad, y si no se trata, puede llevar a problemas adicionales, como la ambliopía. El tratamiento incluye terapia visual, gafas correctivas o cirugía.
- Discromatopsia: También conocida como daltonismo, es una deficiencia en la visión del color. Las personas con esta condición tienen dificultades para percibir ciertos colores, especialmente rojos y verdes. Aunque la discromatopsia no afecta la agudeza visual, puede complicar actividades que dependen de la correcta identificación de colores.
Finalmente, el especialista de Oftálmica Clínica de la Visión precisa que es fundamental realizar exámenes oculares periódicos desde el nacimiento, con una visita al oftalmólogo recomendada a los 3 años y controles anuales si se detecta algún problema. Además, se debe garantizar una buena iluminación en los espacios donde los niños estudien o jueguen, prefiriendo luz natural durante el día y luz cálida en la noche.
Una alimentación rica en Omega 3 y antioxidantes también es clave para la salud visual. Es crucial limitar el tiempo frente a pantallas y fomentar actividades al aire libre, así como usar juguetes seguros que no representen riesgos para la vista.
Fuente: Perú 21