Pese a las regulaciones existentes, el uso de pirotécnicos sigue siendo común en nuestro país y los niños son la población más vulnerable, junto a animales y personas con autismo.
La temporada de fin de año es una gran oportunidad para compartir con la familia y amigos, disfrutar de gratos momentos y también fomentar buenas prácticas para una correcta convivencia con otras personas.
Pasada la Navidad, fecha en la que es común el uso de pirotecnia pese a las regulaciones existentes, aún queda la llegada de Año Nuevo, y con él muchas personas recurren a estos objetos para darle la bienvenida al 2020; sin embargo, algunos no se ponen a pensar en el daño que pueden ocasionar a su cuerpo, a los animales, personas con autismo y medio ambiente.
Milagros Romero, coordinadora de Apego, primer centro especializado en la recreación, acompañamiento y el desarrollo integral del niño, recomienda a los padres dar el ejemplo y evitar el uso de fuegos artificiales.
“Cada vez se toma más conciencia sobre los problemas relacionados con el uso de pirotecnia debido a las consecuencias que generan como: lesiones, quemaduras, malestar en bebés, personas con autismo y animalitos, aquellos que son presa de estrés y agobio que no pueden controlar. Por ello, es importante poder explicarles a nuestros hijos los daños que puedan causar en ellos e implementar actividades recreativas como: hacer juegos con luces led, realizar un concurso de baile o magia”, explicó la especialista.
Problemas en la visión
La utilización de estos fuegos artificiales puede llegar a causar quemaduras, amputaciones e incluso provocar pérdida de visión en las personas mayores como en los más pequeños del hogar. Al ser los menores los más afectados por el uso indebido de los pirotécnicos, el Dr. Carlos Siverio Llosa, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, explica que una simple luz de bengala podría generar quemaduras en la córnea (parte anterior del ojo) y en la conjuntiva (membrana transparente que cubre al ojo) dejando secuelas graves en la visión.
Además, a todo ello se suman heridas abiertas en el ojo debido a las esquirlas lanzadas por la explosión, que dependiendo de la gravedad, pueden producir desde una disminución significativa de la visión hasta la pérdida total del ojo. “Como principal recomendación está la prevención. Es importante que los niños no manipulen fuegos artificiales, incluso las luces de bengala pueden producir daños serios. En realidad, estos artículos pirotécnicos no están hechos para ser usados por este público; por ello, se debe cuidar y vigilar a los menores pues son los más expuestos al peligro”, señaló el especialista.
¿Qué hacer si una persona sufre un accidente?
Siverio Llosa explica que si una persona es impactada por la explosión de algún pirotécnico, se deben aplicar tres acciones:
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- Se sugiere no tocar, ni frotar el ojo, porque si hay una herida abierta en el órgano, puede empeorarse el daño del mismo.
- Es recomendable no lavar el ojo ni aplicar ningún producto casero o natural.
- Acudir de inmediato donde un médico oftalmólogo para que evalúe la gravedad del impacto y pueda indicar el tratamiento más adecuado.
Fuente: El Comercio