En los peores casos, la presión constante sobre los ojos podría requerir de un trasplante de córnea.
El frote excesivo de los ojos puede llegar a ocasionar el desarrollo de una enfermedad que altere la visión, causando una disminución progresiva de esta y resultando, por lo general, en el uso de lentes. Sin embargo, en los peores casos, se podría requerir un trasplante de córnea. Dormir boca abajo, poniendo los brazos sobre los ojos, al igual que cualquier otro tipo de manipulación ocular, también sería peligroso.
«El queratocono es una patología que afecta la córnea, que es la capa más externa del ojo cuya función es ayudarnos a enfocar las imágenes a través de la retina. Cuando un paciente joven tiene un frote desmedido de los ojos, hay un daño mecánico en la córnea, que está hecha de fibras de colágeno que se encuentran en una organización perfecta. El frote del ojo altera esa estructura, haciéndola más débil, ocasionando su debilitamiento y desencadenando esta enfermedad», señala el Dr. Rubén Benospi, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
GENES.
Este mal, que también tiene como factor de riesgo el componente genético, siempre afectará ambos ojos, pero dañará a uno más que a otro. Además, si bien se suele diagnosticar entre los 10 y 15 años, conlleva a que cada vez se vea menos, incluso con el uso de gafas.
» Cuidado
En etapas más avanzadas, en donde hay incluso cicatrices o rupturas corneales, producto de lo delgado o curvado que está el tejido, es necesario un trasplante.
Fuente: Diario Correo