Salud en Casa.- Durante las fiestas de fin de año y pese a las regulaciones existentes, el uso de pirotécnicos sigue siendo común en nuestro país. La utilización de estos fuegos artificiales puede llegar a causar quemaduras, amputaciones e incluso provocar pérdida de visión en las personas mayores como en los más pequeños del hogar. Según la Municipalidad de Lima, el 80% de la población afectada en fiestas navideñas por el uso de pirotécnicos son niños.
Al ser los menores los más afectados por el uso indebido de los pirotécnicos, es importante destacar los daños a los que están expuestos, especialmente la gravedad con la que puede impactar a los ojos, órganos vitales y muy delicados. Para el Dr. Carlos Siverio Llosa, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, una simple luz de bengala podría generar quemaduras en la córnea (parte anterior del ojo) y en la conjuntiva (membrana transparente que cubre al ojo) dejando secuelas graves en la visión.
Además, a todo ello se suman heridas abiertas en el ojo debido a las esquirlas lanzadas por la explosión, que dependiendo de la gravedad, pueden producir desde una disminución significativa de la visión hasta la pérdida total del ojo. Esto puede ocurrir por la costumbre que tienen los niños o jóvenes de hacer explotar las llamadas “ratas blancas” dentro de ladrillos o latas. Esta acción produce que las esquirlas salgan disparadas causando heridas incluso estando a una buena distancia de la explosión. Si estos artefactos explotan cerca de los ojos pueden causar ceguera irreversible.
“Como principal recomendación está la prevención. Es importante que los niños no manipulen fuegos artificiales, incluso las luces de bengala pueden producir daños serios. En realidad, estos artículos pirotécnicos no están hechos para ser usados por este público; por ello, se debe cuidar y vigilar a los menores pues son los más expuestos al peligro”, señaló el especialista.
Sin embargo, en el caso de que alguien sea impactado por la explosión de algún pirotécnico, el Dr. Siverio Llosa brinda algunas recomendaciones para saber qué hacer y qué evitar luego del accidente:
Se sugiere no tocar, ni frotar el ojo, porque si hay una herida abierta en el órgano, puede empeorarse el daño del mismo.
Es recomendable no lavar el ojo.
Acudir de inmediato donde un médico oftalmólogo para que evalúe la gravedad del impacto y pueda indicar el tratamiento más adecuado.
Finalmente, el especialista indica que después del accidente no se debe aplicar ningún producto casero o natural. Los componentes y la manipulación de la visión podrían agravar el estado del paciente.
Fuente: Salud en Casa