El sexo masculino también estaría más expuesto a sufrir accidentes oculares en su lugar de trabajo, pues el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, registra que 8 de cada 10 accidentes ocupacionales afectaron a hombres en el 2021.
Si bien el sexo femenino es más propenso a padecer patologías oculares generales debido, principalmente, a cambios hormonales y a su mayor esperanza de vida, suelen ser los hombres quienes están expuestos a tener más complicaciones congénitas, como el daltonismo, y a sufrir traumatismos oculares por accidentes laborales.
Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, uno de cada 12 hombres alrededor del mundo presenta daltonismo o discromatopsia. A pesar de que estos males son transmitidos por los genes de la madre, se manifiestan, con mucha más frecuencia, en hijos hombres.
“Cuando solo se ve en blanco y negro, se llama daltonismo; pero, cuando no se distinguen ciertas tonalidades (rojas, verdes, amarillas o una combinación de estas), se llama discromatopsia. Esto sucede porque, para percibir colores, necesitamos de unas células especiales que se encuentran dentro de la retina: conos (para definir tonos) y bastones (para definir contraste). En estas enfermedades, los conos no se desarrollan totalmente”, menciona el Dr. Juan Carlos Corbera, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, centro que se destaca por su ética, precisión y trato humano.
Si bien estas afecciones pueden empeorar con el paso de los años, es en la niñez cuando se perciben los primeros síntomas. “Entre los hermanos, hay alguno que suele vestirse con colores más chillantes. Esto puede ser ocasionado por la discromatopsia, ya que estos niños piden colores más brillantes, porque los perciben apagados o atenuados. Otro signo es que, a las 6 p.m. o 7 p.m., cuando baja la luminosidad, disminuye su percepción de contraste; es decir, ven menos. Por eso, es muy común que se tropiecen a estas horas de la noche”.
Por otro lado, el experto destaca que los varones son más propensos a padecer otras enfermedades hereditarias que también dificultan su apreciación de los colores, como la retinitis pigmentosa, u ocasionar la falta de visión en el transcurso de la vida. “La neuropatía óptica de Lebber es un mal genético que solo se da en hombres. Se inicia en la primera infancia, comenzando, usualmente, a los cinco años. Tiene un deterioro progresivo y es irreversible. Los jóvenes, a partir de 20 o 21 años, ya podrían presentar ceguera”, indica el Dr. Corbera.
Para prevenir cualquier problema ocular, se recomienda realizarse un control anual desde los tres años de edad. “En Oftálmica Clínica de la Visión, se logra tener una consulta integral, en donde todas las áreas oculares son evaluadas. Así, podemos descubrir oportunamente si hay patrones alterados en los más pequeños. Es muy diferente que se lleve al niño a una óptica, donde solo le harán la medición de la vista, a que se acerquen a un centro especializado, en el que se le hará un examen más profundo”, señala.
El oftalmólogo también afirma que los adultos mayores de 30 años suelen padecer miopía, astigmatismo o hipermetropía; pero, entre los 37 y 42 años, es común que comiencen a perder la visión de cerca (presbicia).
Hombres también sufrirían más accidentes oculares
El especialista de Oftálmica Clínica de la Visión enfatiza también que los traumatismos oculares son más frecuentes en el sexo masculino. “Muchos son carpinteros, soldadores, mecánicos, etc. La luz de las soldaduras, por ejemplo, provoca pequeñas úlceras en la córnea. Por otro lado, las esquirlas que, por accidente, saltan al ojo generan lesiones superficiales que provocan un dolor intenso. Por eso, es importantísimo que se utilice un equipo de protección personal”, comenta.
Fuente: Caretas