Una abrasión de la córnea es un rasguño o raspadura de la córnea, la cúpula transparente que cubre todo el iris y la pupila. Es un lente exterior que cumple un papel importante en la visión ayudando a enfocar la luz que ingresa al ojo. Si es que deja una cicatriz, una abrasión de la córnea puede afectar la visión.
Una abrasión menor de la córnea puede curarse por sí sola en unos pocos días. Se pueden usar antibióticos en gotas, ungüentos o gotas de esteroides para reducir la inflamación y reducir el riesgo de una cicatrización.
Mientas se está en proceso de recuperación se pueden usar anteojos de sol para reducir los síntomas de abrasión. Evitar usar lentes de contacto hasta que el oftalmólogo indique que es seguro hacerlo.
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